Hace unos pocos de años, cuando era una adolescente, hicimos una comida en casa de mi amiga Marisol, bueno, más que «hicimos», la hizo ella. Cuando llegamos a su casa todas «las hambrientas» ella, estaba preparando esta deliciosa receta que yo añadí a mi recetario en seguida, y que llevo haciendo desde entonces. A lo mejor ni se acuerda, pero así es. Supongo que cuando vea la receta, si la sigue haciendo, sabrá que la aprendí de ella, y si no, aquí estoy yo para recordársela…. así que, vamos allá….
Los ingredientes son para dos personas:
4 filetes de pechuga de pollo que no sean muy finos
1 cebolla
1 latita pequeña de champiñones
1 vaso de nata líquida para cocinar
Mantequilla
Sal y pimienta

Ingredientes.
Ponemos en una sartén un trozo de mantequilla y esperamos a que se derrita. Salamos los filetes y los ponemos en la sartén hasta que se doren.
Cuando estén dorados los apartamos en un cuenco.

Apartamos los filetes.
Lavamos la sartén donde hemos dorado los filetes y volvemos a ponerla en el fuego con otro trozo de mantequilla. Esperamos a que se derrita de nuevo y echamos la cebolla. Esperamos a que la cebolla esté pochada.
Una vez pochada la cebolla, añadiremos a la sartén los champiñones y los rehogaremos durante 2 minutos aproximadamente con la cebolla.
Pasados los dos minutos, incorporamos el vaso de nata ( si vemos que nos quedamos cortos, echamos un poco más ) y la pimienta.
Incorporamos las pechugas de pollo y dejamos hervir durante un rato. Emplatamos. Servimos con patatas fritas o con arroz.